FUNSINMOLADAS
No lo vamos a negar. Aunque estas reflexiones me vienen mirando a una que acaba de destrozarse el talente o el talento de todo su cuerpo, el mismo percal se lo podríamos atribuir al funsionario género masculino, cuando uno se deja llevar.
Las causas siempre son múltiples y variadas. Normalmente, reincidentes en los distintos sujetos. Como un baile mal acompasado que innuda de bochorno la estancia, pero que nadie sabe identificar quien cojones es el disjokey.
Así son nuestros "alienígenas" cambios de aspecto: expedientes "X".
|
INDICE "FUNSINMOLADAS" |
|
|
CLICKA!!!
|
FUNSINMOLADAS-FUNSIONARIAS... ¿SIN KRITERIO?
|
CLICKA!!!
|
... y cositas por el estilo
|
CLICKA!!!
|
semejantes, por venir y comentar
|
|
|
|
... Y MUY PRONTO, ¡¡¡UN PUÑADO MÁS DE HISTORIETAS!!!
|
|
|
FUNSIONARIAS... ¿SIN KRITERIO?
Cuando alguien nos dice cómo debemos orientar nuestro aspecto físico o nuestra vestimenta, apaga y vámonos, a no ser que tenga gusto. Como te pille un o una alucinada que ve mirlos cuando sólo se detectan cuervos de mal agüero, pon tus barbas a remojar y patea a ese o esa arpía de tu vida.
Puede provocar daños irreversibles a la forma en la que los demás te perciben.
Son aquellas mujeres, compañeras de currele, que un buen día, de buenas a primeras, aparecen por la oficina, y te las quedas mirando, TOTALMENTE CONSTERNADO.
No te lo puedes creer.
- ¿Qué cojones se ha hecho?, pero... ¡Si era una chica resultona, monina! ¿qué le han hechooooo?
Efectivamente, se pasa de tener a la vista una chica normalita, nada del otro jueves, pero con su morborcete, su “aquel”, a tener un mostruete con todo lo peor de su cuerpo destacando por encima de las presuntas virtudes asociadas. Esas virtudes que todos podían adular y ensalzar hasta entonces a su paso, como sus abundantes “delanteras”, su cintura ancha pero atractiva y muy sexual, sus ojazos cristalinos transpirando belleza o bien unos gestos de turbadora feminidad.
Virtudes todas.... ¡Qué se chó!,... ¡detallitos! ¡detallitos!
No te lo explicas. La incredulidad no sólo te deja perplejo. Lo inunda todo:
- ¿Quién cojones la ha estilizado?¿quién?... ¿y para qué?
De repente ahí está. Aparece con esa facha, mezcla de desatino físico y de vestimenta de mercadillo que acentúa todo lo peor. Desde los michelines desparramados, las varices truculentas, la napia a lo águila, el culo que ahora parece desfasao por el tiempo, y la tripita a lo madraza que se expande y se expande como aclarando al personal de que no pudo volver sobre sus pasos tras la fértil maternidad.
Todo malas noticias.
Pero la culpa principal del desaguisado, la auténtica culpa de todo la tiene ...¡el puto peluquero!
Sólo queda preguntarse:
- ¿Quién le ha puesto un mocho por montera a la niña?
A la víctima de esa mente enferma con tijeras en la mano, o le ha rapado al estilo “Campo de concentración” o bien le ha dejado un casquete cerebral, que parece de broma, como de circo.
¿Qué cojones le ha hecho a esa chica?
¡Parece una copia mala de la Karmele!..
O peor aún: ¡una Veneno a lo recluta!
Finalmente, la ropita a lo “yaya Antonia” o bien al sagaz estilo payasín de “Ágata Ruiz del Prado Verde”, producen la descomposición visual de la sujeta. Eso sí, con su asimilada aquiescencia de los hechos consumados, en contraste con el pavor que va sembrando entre los que la van contemplando con estupor.
Un poquito de por favor. Que la estética, la belleza, también cuenta como factor aportador de calidad de vida. La inmolación, no. Un poquito de caridad, por satanás.
Mujeres del mundo, dos gritos al oído:
- Seguid tan hermosas y dejaros de chorradas “experimentales”
- Y... ¡A la horca con esos tocólogos capilares “de exterminio” y los jodidos “Sastre desastre”! ¡Sin dilación!
.