Tot fill, tota filla, acaba volant del niu. Abans o més d'hora, ho hem d'acceptar. Però un funcionari, mai ho farà davant la perspectiva de perdre al "seu becari". És seu, el seu becari, ¡per l'amor de Déu!
A priori, nadie se da cuenta. Excepto cuando una voz funsionaril suelta al aire:
“¡Eh, garsón! Marchando un coffi”. Y el coffi no llega.
Al principio, … ¡drama!. No se entiende que los de Personal les haya hecho una putada como esa. ¡¡¡Es como una conspiración masónico-funsionaril, orquestada maléficamente por Intervención (si perteneces al Área de Secretaría), o de Secretaría (si eres del Área de Intervención)!!!.
Se desatan airadas discusiones entre los funsionariles del departamento por este revés inesperado. No se vé la salida al problemón: “¿quién irá a por los coffis ahora?, ¿y a por las fotocopias? ....Ostis!!! ¿y quién repartirá el correo?”.
Estirada de cabellos, ellos; lagrimitas con sollozos nerviosos, ellas.
Un lumbreras del departamento tomará una decisión conducente a la acción, en base a un discernimiento estrictamente funsionaril:
- Una de dos: o al becario lo han raptado agentes de otro departamento por motivos oscuros y pa joder, está claro. O sa fugao. Grave, mu grave. ¡Debemos movilizarnos y devolverle al redil!.
- ¡Pero qué dices, tío! ¿movernos de aquí? Pero si se está de coña con el aire acondicionado ...... Olvídame, lince!!!
- Aaaajá!!! (al unísono el resto)
- ¡Tranquis tíos!. Una cosa es encontrar al nen, y otra dejar la poltrona. ¡Eso jamás!. Que cada uno pille el listín de teléfonos de los departamentos, y a rastrear el laberinto funsionaril. Inundemos el ciberespacio funsionaril con envíos masivos de correo electrónico con el mensaje clave “SA BUZCA BECARÍN”. ¡Vamos a generar un SPAM, que ni los terroristas de informática!!!.... ¡veo un futuro de paralización total del sistema informático funsionarial, al son de nuestra búsqueda épica!!!. No pararemos hasta encontrarle. ¡¡¡Vamos a sacarle tajada a la tesnología punta funsionaril!!.
- ¡¡¡ SSSSÍÍÍÍÍÍÍ !!!!
Y así pasarán un par de mañanitas, o un par de semanas. O un mes. ¿Qué más da?
Paralización total de expedientes... El tema lo merece. Hay que defender las Conquistas laborales que no pueden esfumarse, así como así, por culpa de una mano negra. ¡¡¡Nunca!!!.
Al final del crucero o de la cruzada “Becarín, ande estás?”, la propia incompetencia individual de cada funsionario implicado, elevada a la enésima potencia, por una actuación conjunta de todo el departamento, abocará al fracaso total de la búsqueda. ¡Mala zuerte!
El becario es pura historia. Se ha esfumado. Stress y terapia de grupo funsionaril.
Es hora de adoptar la solución final: Utilización del teléfono rojo.
Llamadita a Personal, un par de amenazas y encargo urgente para que facturen a otro becaril “porque sinó vamos a presentarnos ahí ¡¡CASCANDO CALAVERAS!!!”.
Si el becario/a no se esfuma como el humo sigiloso, y es de esos tipos o tipas que ha dejado huella por motivos diversos en el imaginario colectivo funsionaril, la despedida suele consistir en un guateque en el departamento, y fundamentada en un dispendio irreverente, financiada, como siempre, por parte del finiquitao.
Por supuesto el gorreo, que ha sido sangrante para el becario a lo largo de su estancia, precisa de un colofón estrepitoso como este. La guindilla final.
El kleneex retorcido, usado y pringado, ya está listo para ser lanzado al carallo de la historia. Pero exprimámosle al máximo, y hasta el último suspiro. Como debe ser.
- Adiós Jorgito Fulanito. Por cierto, ¿tienes un rubio ?. No es por pedir. Es por no ir al estanco, ¡¿entiendes?!...., vamos, vamos, ...¿qué? ¿no has pillado reprís en el manejo del zippo o qué? ¡Joder, Jorgito!, que no tengo el pito en la boca pa decorar, xato.... ¡fuego, cóñe, fuego!....¡fuuuueeeeegooooo!!!
Y ya vemos al bueno del becario, convertido en un fenómeno autopreparado para todo.
El mundo laboral lo acogerá adocentado, amanerado, y por fin, domadete. ¡Cómo debe ser!
¡¡¡Bienvenido al laboro pringadero!!!