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BECARIOBROMAS

¿Qué seria de la vida sin las gracias de los grasiosos?

Pues todo iría como la seda. O no. O sí. Nunca se sabe. Lo que sí se sabe, y está comprovado es que el ambiente pesado, de bruma baja que se respira en los departamentos funsionariles, ayuda a desarrollar el instinto bromista de sus habitantes, especialmente, cuando su ingenio puede volcarse en alguna víctima que va a pirarse de ahí con el tiempo.

El guión que sigue, puede servir de guía práctica para los cenutrios funsionarios que no sabían hasta ahora del poderío que su posición les proporciona frente a nuestros queridos becarios. Avanti a tota mecha!!!

PUTADAS AL BECARIO o COMO AUTOREALIZARTE COMO FUNSIONARIO

El becario puede tener más o menos claro cuales son sus objetivos en sus prácticas. Pero, ¿y los funsionarios respecto a los becarios?. Descubramos "para qué les sirven los becarios a nuestros burócratas redomados".

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Bajo el título genérico de “¿Ande está el becario?,... ¿y los cafés?”, se esconde una larga tradición funsionaril. Toda una excelsa idiosincrasia del puteo al becario. Sus orígenes son ancestrales. Y toda esa cultura, se manifiesta como una tradición que viene de tan lejos, que resulta ser mítica, legendaria.
La amalgama de posibilidades de jodienda a un becario son infinitas, variadas, originales y kavernícolas.
La única barrera a la productividad de acciones de puteo al becario, son las propias limitaciones mentales de los componentes del equipo funsionaril del departamento pertinente. Ese es el listón. El muro infranqueable.
Veamos las putadas más frecuentes.

 

LECTURAS INFUMABLES o TOSOTONES DEL PASADO


Esto se traduce en la encomienda de una misión bíblica, gigantesca... ¡brutal!: al becario se le proporciona un volumen insano de papeles que deberá leerse. Forman el llamado pack-tostón de leyes, manuales o documentación variada sobre recursos humanos, contabilidad, urbanismo, prevención de riesgos, etc. según el departamento donde caiga muelto el becarín. O sea, la biblia funsionaril.

No sé porqué, pero es costumbre que todo becario que se inicia en los departamentos funsionariles, lo haga chupándose una o dos jornadas leyendo una cantidad insana de documentación paja del departamento que le acoge. El tutor del neng, está adoctrinado para sacarse al soplabecas "como sea". Hemos apuntado que en 5 minutos la conversación y la capacidad de sorprender al becario se le agotan al tutor. ¿Mierda pa él?. Pos no. ¡Mierda pal becario!

 

Todo el pegote se sustenta en trasmitir la creencia que aquel "saco de saber" que tiene que papearse EL PUPILO, constituye el pilar fundamental sobre el que el se sustentará el devernir futuro de la realización de las actividades de carácter práctico que el pardillo en cuestión desarrollará en los próximos y venideros días. ¡FALSO como JUDAS!

 

Lo más guapo es que una vez entregado el apile de documentación inútil por el tutor, el resto de funsionarios del departamento, bien organizados, vayan desfilando por la mesa del becario, y le vayan dejando encima de su mesa (si tiene) más "mierdecilla" documental, a ser posible desfasada, limitándose a indicarle, mirándole a la cara y muy seriamente, que lo que se le acaba de entregar debe leerlo antes que nada, porque resulta ser "vital de necesidad, neng".

 El becario se enfrentará al reto con pasión, con energía, vitalidad supurando los poros de su piel. Los veinte primeros minutos, claro. Luego se hundirá en el desconcierto más absoluto. Absorbido por una actividad, que muy bien, muy bien, no entiende del todo, pero que bajo el dictamen del tutor, él acometerá con fiereza, puesto que aquel le ha prometido que esa tarea titánica constituye la panacea. Lógicamente, todo eso quedará en promesas que se llevará el viento, o que se enterrarán bajo una lápida de olvido con el paso de los días, sin que trascienda ningún tipo de problema, empacho o rubor en el rostro del susodicho tutor.¡Con dos cohones! El careto que se le queda es de encuadernación. Te partes la entrepierna de la risa.  

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ENVÍO e INCURSIÓN BECARIL en DEPARTAMENTOS ENEMIGOS

Envío del becario a una misión de incursión al departamento “enemigo” por antonomasia, ande se ubique un capullini (que los hay) con el que la bronca está asegurada siempre que hay contacto con gentes de nuestro departamento.
La misión es sencilla.
El becario gelipollas enviado debe solicitar, o casi mejor, exigir al “malaspulgas” un documento, informe o expediente que hace tiempo fue causa de confrontación, de una megadisputa con alguien de nuestra oficina.
Por supuesto,  se le indicará al becario que diga textualmente “que te lo ordena y exige Francisquín, que tanto te aprecia”. Sin ser consciente el becario, a partir de ese momento todos los truenos del universo pueden verse literalmente desatados.
La gracia estrivaen poder diseñar el encuentro de tal manera que podamos situarnos lo suficientemente cerca como para ver el descalabro insultístico que sufrirá el pringao, pero suficientemente lejos para no ser descubiertos.
Si después de la experiencia, el becario sigue siendo amable, saluda por la mañana, y continúa tratando de explicar lo duro que son los profes y los exámenes, y otras batallitas estudiantiles de la facultad, es que este muchacho o muchacha, merece más medicina correctiva de los mismo.
¡¡¡¡Sin contemplaciones, ni dilaciones!!!.

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SOLICITUD DE PEDIDOS DE MATERIAL a COMPRAS

Consiste en vejar las capacidades intelectuales del becario hasta el punto que concluya que se merece una colleja en el gaznate, o simplemente una paliza de un quebrantahuesos.
El asunto se pone en marcha cuando alguien del departamento solicita al becario que efectúe una petición por escrito de un artículo o material de oficina al departamento de Compras. Por ejemplo, un boli BIC (nota cerebral: no mencionaremos marcas por problemas con los copiraits esos).
Se le entregará al becario una hoja standard de petición de material, que resultará ser zozobrosa y laberíntica. Respecto a la cual, nadie se molestará en explicarle cómo rellenarla ni de coña.
No obstante, el becario rellenará, con dificultades eso sí, pero con devoción y prestancia, los recuadros pertinentes con los datos garabateados con mano temblorosa por el funsionario solicitante en un papel reciclado que le habrá entregado previamente.
En el departamento de Compras, una mujer con gafas de culo de vaso, cara de psicópata y mamellas descomunales, le estará esperando embutida en un trajecito que resalta más que nunca sus salvavidas de grasa entorno al tripón.
Don cándido le hará traspaso del pedido por escrito, con una sonrisa en el rostro que pronto se nublará. Todo becario funsionaril, no deja de ser un niño inocente metido en una leonera.
Tras la entrega del papelito a la mademoseille, el becario observará lo siguiente:
1) Tras engullir desde las profundidades de los pulmones un moco que tenía pegado hace un par de semanas (cultivaete, vamos), disparará un Escupitajo de precisión que te crío, directo al corazón del pedido de material.
2) A reglón seguido, inicio de descomposición ácida del papel de pedido. Contemplación del aquelarre, con los ojos encendidos de pasión asesina por parte de la Madam. Goteo de sangre sobre la mesa-escritorio, procedente de herida bucal producida por la autoflagelación de la psicópata, tras mordisco sin piedad a las carnes del interior de su boca, mientras pensamientos destructivos y salvajes arrean sus neuronas, como por ejemplo, de qué modo va a hacer desaparecer el cadáver del becario una vez eliminado.
3) Amasamamiento de lo que quede de papelito, con las manos sudadas y con mirada sostenida de odio hacia el becario
4) Levantamiento del cuerpo desde el asiento, y una vez de pie, la Madam agarrará con la ganzúa de su mano, la boca del becario, e inserción sin piedad y hasta el fondo de la campanilla del papelito condimentado y chuchurrido.
5) Un par de bofetaditas sin especulaciones, ni explicaciones, ni contemplaciones al careto líbido del becario, con gruñidito de profundo a lo bulldog
6) Carcajada de loca rematada, tirando el cabezón patrás y con mirada perdida pal cielo funsionaril.
7) Y la amenaza final: “¿Estás idiotizado o a tí qué te pasa?¿es qué eres becario, o qué?... la próxima vez que me traigas un pedido con errores, una mierda mal parida como esta, que me implique perder mi precioso tiempo, ....no tendré piedad, insecto nauseabundo, especímen en estado de extinción, melanoma andante,...¡¡¡bailaré sobre tu tumba!!!”
Vemos al becario con cara de carnero degollado abandonando el campo de batalla.
En su espalda tiene clavado el pedido con un bic. Lo que estaba buscando...
Acaba de toparse con la Madre-Burocrasia. Acaba de descubrir el verdadero sentido del término BUROCRACIA. Oseasé: “el procedimiento es el procedimiento, y los trámites, son los trámites”, xato.
¡¡¡Misión cumplida!!!.

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LA BANDEJA DE CAFÉS

Lograr desplumar a un becario a base de pedirle todas y cada una de las tipologías posibles de coffis que ofrece la maquinorra expendedora del Ayuntamiento y en su primera mañana becaril, resulta ser un placer únicamente comparable a ganar una final de Champions con tu equipo de toda la vida, o a que te regalen tu primera Barby, con el Ken haciendo el gilipollas metrosexual. No esperes más, ¡Prúebalo!!!


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CORREOS o CÓMO GESTIONAR LOS ENVÍOS y RECIBOS

Si eres el tutor del becario, o simplemente, va a estar bajo tu sometimiento directo, esta es tu oportunidad.
En cuanto detectes que el hermano becario tiene un pequeñín problema de sobrepeso, a los tres minutos de conocerle, le clavas una preguntita, que no viene al caso, pero que a tí te importa un puñao: “Por cierto, ¿cuánto pesas, xavá?”.
Por supuesto hasta dentro de un mes te la sudará ni cómo se llama, o si tiene nombre de pila o no. O igual no lo sabrás nunca, ¿y qué? Eso es pura paja.
Ahora bien, dadas las especiales características físicas del becario, conocer su peso es de vital importancia.
En cuanto te ha soltado la información, se abre la porra fusionaril del departamento.
To dios a soltar 5 euros, y rapidito.
Si consigues que al final de sus prácticas becariles, el menda haya rebajado 5 kilos a base de enviarle sin ton ni son, tropecientas veces pa Correos (con urgencia, siempre), te llevas el JACK POT del Departamento.
¡Una fortuna, tío!!! ¡¡¡Juega y gana!!!

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