En la técnica de Psicoterapia Dinámica Breve Intensiva (ISTDP) del Dr Davanloo no nos centramos únicamente en el recuerdo de experiencias traumáticas olvidadas, ni solo en las experiencias emocionales correctivas (Alexander) consideradas en si mismas, sino que todo ello se hace en referencia y en base a la situación terapéutica. Es decir en la ISTDP se usan los extremos anteriormente descritos, pero todos ellos en relación a las uniones transferenciales (al feedback) que el Paciente establece, de manera automática e inconsciente con el Terapeuta.
¿En qué consiste la relación de “Transferencia” del Paciente con el Terapeuta? El Paciente, de una manera automática, al establecer el contacto humano con el Terapeuta le dirige, le transfiere, unos sentimientos, que pueden ser de muchas clases. Todos estos sentimientos que el Paciente dirige al Terapeuta derivan, nacen, de relaciones humanas anteriores que no han sido resueltas satisfactoriamente y que quedan en él como una necesidad de reiterarlas, repetirlas.
En esta relación terapéutica, la Técnica de ISTDP utiliza unos principios básicos y necesarios (que iremos explicando) para la transformación de la conducta del Paciente. Estos principios básicos se concretan en la existencia de un “Plan Terapéutico” preciso; en alcanzar lo más rápidamente posible una “Alianza Terapéutica Inconsciente” (UTA); tener una intensa “actividad” y “presión” sobre las conductas neuróticas defensivas que obstaculizan el proceso terapéutico; utilizar el “Triángulo del Conflicto” y el “Triángulo de Personas” no solo como guía de las actuaciones del Terapeuta, sino también para subrayar en la conciencia (yo) del Paciente las posibles repeticiones de las pautas neuróticas de conducta; utilizar la “Transferencia” para ayudar a la experimentación emocional correctiva; y estudiar la utilidad de las “Fantasías y Sueños” para leer el inconsciente en la función aclaratoria de la evolución del núcleo neurótico.
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(A. Piqué Gelonch / mayo 2011)
El objetivo principal de la terapia ISTDP es la experimentación de los sentimientos e impulsos reprimido o/e inconscientes que son la expresión primigenia de un conflicto originario no resuelto y que, por tendencia natural-biológica a la superación, la estructura psíquica tiende a repetir conductas en la vida cotidiana, con los mismos patrones básicos no resueltos.
La persona que acuda a este tipo de psicoterapia deberá enfrentarse a sus sentimientos reprimidos, a sus experimentaciones de ansiedad, y a sus mecanismos dilatorios de su conflicto y evitativos del sufrimiento de ansiedad.
El paciente, por lo tanto, deberá tener un grado de concienciación y de decisión maduras, una buena capacidad de aguantar la ansiedad que se hará presente en las sesiones de terapia, no tener mecanismos de somatización de la angustia, y la suficiente fuerza de poder ir en contra de sus mecanismos neuróticos.
Si esto no sucede, -y de acuerdo con las normas del Dr H. Davanloo- el terapeuta modificará el orden de sus intervenciones con el fin de ayudar al paciente a ver sus mecanismos destructivos, concienciarle vivencialmente de los efectos de la ansiedad, y poder luchar contra ellos.
Las situaciones clínicas del paciente que hacen que el terapeuta acomode la técnica y práctica de la psicoterapia al “marchamo” del paciente con el fin de hacerle crecer y madurar en su funcionamiento serán las siguientes:
· Baja capacidad adaptativa;
· Baja tolerancia a la ansiedad;
· Estar o haber estado en depresión clínica.
· Tener desordenes funcionales y de somatización.
· Y, los pacientes con moderada / severa fragilidad de la estructura del EGO.
En todos ellos aplicamos la técnica pero de manera acomodada a su estructura, crecimiento y fortalecimiento personal.
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No todas las patologías se adaptan al tratamiento en ISTDP. Para concretar la susceptibilidad del paciente en psicoterapia dinámica breve, y siguiendo las indicaciones elaboradas por el Dr H. Davanloo (v/Psicoterapia Breve; DOR, sl; 1992), se debe evaluar la estructura y estado del “YO” del paciente.
Como hemos detallado en un anterior trabajo (v/Funciones del “Yo”; art de Psicología; www.tarracosalud.com) las facultades fundamentales del “Yo” para evolucionar, adaptarse y desarrollarse como tal, unas se refieren a concienciar, controlar y responsabilizarse de la parte instintiva del sujeto y un segundo grupo de funciones se refieren al conocer, dominar y adaptarse a la realidad exterior. Pues bien, este dirigir y adaptarse a la realidad puede estar situado en unas mayores o menores capacidades. Estas capacidades pueden ser mínimas, débiles, o demasiado exageradas, o apropiadas en un justo medio. Para adaptarse y crecer adecuadamente el sujeto las debe tener maduras, en un equilibrio adecuado. En la Entrevista inicial, o Sesión Evaluatoria el terapeuta ha de definir el estado en el que está el “Yo” de la persona que aspira a psicoterapia, en los aspectos que más abajo reseñamos, y que condicionan la técnica psicoterapéutica.
En la evaluación terapéutica inicial se hace un análisis pormenorizado de las mismas situándolas en la justa posición dentro del espectro correspondiente. Los puntos que el terapeuta tiene en cuenta son:
a) El “Yo” y su capacidad de tolerar la Ansiedad.
b) La Fragilidad, o no, del “Yo”.
c) Quejas / Síntomas Egodistónicas o Egosintónicas.
d) Tipos de Neurosis.
e) Tipos de Depresión
La misión que tiene el Terapeuta en este análisis / evaluación será concretar en qué situación está el paciente dentro de cada uno de los espectros, con el fin de concluir sobre la modificación o no de la técnica en el proceso psicoterapéutico.
En proximos comunicados enumeraremos el desarrollo de dichos espectros.
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La situación dinámica de los problemas que se presentan como síntomas de las enfermedades neuróticas se acostumbran a representar con la representación gráfica de un triángulo, llamado “Triángulo de Conflicto” (v/ gráfico más abajo). Explicación: La cercanía a los Sentimientos (S/I: gráf.) -no deseados, ocultos, reprimidos- produce en la persona un aumento progresivo de ansiedad / angustia (A: gráf.), que por ser dolorosa se quiere evitar con una serie de conductas (D: gráf.), que defienden al propio sujeto de la vivencia del Sentimiento oculto y por añadidura de los síntomas de ansiedad.
![]() Ejemplo en dónde se evidencian estos elementos descritos:
En una entrevista evaluatoria inicial en la técnica de ISTDP del Dr H. Davanloo, realizada por nuestro equipo, hace unos 10 años, una joven de 23 años relató uno de los temas conflictivos que estaba viviendo en su familia. Se había entablado una permanente discusión con sus padres referida al deseo y necesidad de dejar la casa materna y vivir sola en un piso, dado que ella era lo suficientemente mayor para irse a vivir independiente en un piso.
Se acudió a pedir consejo debido a las intensas crisis de ansiedad que sufría la joven. Fruto de la entrevista inicial se convino en la necesidad de iniciar un proceso de psicoterapia.
Sin entrar en parcelas (detalles concretos) de la entrevista, la paciente refirió escenas de su infancia –consciente desde los 5/6 años- de gran presión materna en sus conductas, desde nimias hasta de mayor calado, a otras de manifestaciones de fuerte angustia / ansiedad por la soledad vivida por la madre. En estas últimas transmitía a la hija una fuerte vivencia de inseguridad.
Este ambiente familiar ha sido un común denominador de su evolución hasta su edad actual.
La entrevista inicial condujo a una vivencia intensa de enojo y rabia hacia su madre por el agobio constante que estaba ejerciendo desde su infancia remota. No obstante y a continuación, experimentó una fuerte tristeza por la soledad en la que se estaba viendo sin la protección de su madre, porque a pesar de todo recordaba que ella fue su única seguridad y con la que de pequeña vivió situaciones de intenso cariño.
El sentimiento de enojo y rabia estuvo protegido, en su vida cotidiana, y en la sesión por pensamientos de “no dar importancia” a la conducta de su madre, de “comprensión” de su conducta, de “distracción” y “desvío” a otros temas, de sonrisas, de evitar las preguntas del terapeuta, de que “quería” mucho a su madre, de “por qué había venido a terapia”etc.
A medida que nos acercábamos al tema básico –su impulso de rabia- el malestar corporal, la ansiedad, la tensión corporal, opresión pecho, nudo en garganta, y otros síntomas iban creciendo.
Análisis de las conductas de esta paciente:
La mucha rabia hacia la madre era originada por el agobio protector, controlador y por el vínculo afectivo infantil deficiente –dañado- por las fuertes depresiones de la madre, y que compensaba “paño de lágrimas”, con los hijos pequeños, sin advertir la inseguridad que les transmitía. Y al mismo tiempo, dada la enorme inseguridad, los niños tenían como único apoyo a su madre, a la cual querían mucho y de la que no querían desprenderse.
En la actualidad, con las ganas y deseo de irse a vivir sola la Paciente se protegía de la rabia hacia los padres, principalmente hacia la madre, que no experimentaba, y a la vez mantenía una necesidad afectiva de amor.
En la actualidad, las crisis de ansiedad, en forma de ahogos, taquicardias y somatizaciones, principalmente centradas en el aparato digestivo, venían tanto si se quedaba en casa, como si se iba de ella, porque la enorme inseguridad personal, la llenaba de miedos y ansiedad.
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Respuesta a una pregunta hecha por un internauta y que por su interés publicamos.
La ANSIEDAD la definimos como el temor que experimenta un sujeto ante un peligro real o imaginario.
La fisiología de la ansiedad, desde las investigaciones de Dr Davanloo y otros, se ha podido concretar mucho. Decimos que la ansiedad se manifiesta corporalmente a través de dos canales o vías. Vía o manifestación por “musculatura estriada”, y vía “musculatura lisa”. La primera corresponde a la musculación voluntaria, mientras que la segunda corresponde a la involuntaria y neurovegetativa.
En la psicoterapia detectamos la primera a través de la tensión que se ejerce en la manos, apretando dedos: pulgares, etc; apretando manos: puños; moviendo brazos, cuello y hombro y cabeza; piernas y pies; musculatura pecho: suspiros; movimiento y/o tensión en abdomen y espalda. La segunda, la ansiedad vía musculatura lisa, tiene sus manifestaciones en el aparato gastrointestinal, vejiga, aparato vascular: arterial, taquicardias, etc; aparato respiratorio: bronquios, etc.
No obstante, la ansiedad puede ejercer un cortocircuito tal, aparte de lo descrito, que provoque un apagón total o parcial del sistema vigilante del “yo”. El Yo es el sistema director de la persona y responsable del control y orientación y adaptación a la realidad. Estas funciones pueden verse minvadas o cortocircuitadas por la ansiedad, que de una manera total invada al “yo” y que este no pueda asumir el soportarla y encauzarla. Es entonces cuando se produce el trastorno cognitivo / perceptual. ¿En qué consiste? La persona pierde el hilo totalmente de su discurso de pensamientos; su mente se disocia, tiene mala memoria; se siente en un túnel visual o no ve o confunde lo que está viendo; tiene anestesias; posibilidad de pérdida de las funciones de otros sentidos; y puede tener alucinaciones.
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¿Por qué el paciente en una psicoterapia puede fracasar terminando por comportarse con el terapeuta de la misma manera que en sus situaciones conflictivas neuróticas ambientales?
Tenemos, comparativamente hablando, dos elementos rectores primordiales de nuestra conducta, el impulso / emotividad y el elemento analizador / ejecutor. El primero lo situamos en el mundo impulsivo-sentimental y el segundo en el mundo intelectual.
El ser humano, ya por si mismo, ya por influencia del medio ambiente en donde crece y vive se ve abocado a conflictos tanto frente al mundo exterior como frente a si mismo. La insuficiente resolución de estos conflictos puede llevar a una manera habitual de obrar conflictivo y que genera sufrimiento angustioso. Este dolor / angustia provoca una serie de mecanismos evitativos que son la salida de emergencia a las relaciones no resueltas satisfactoriamente con anterioridad y que producían dicho sufrimiento. Es decir, al no tolerar estas situaciones, las evita, pero al tiempo las repite, como por un mecanismo de ensayo error, con el fin de superarlas y alcanzar de esta manera la felicidad y el equilibrio con el exterior y consigo mismo. Objetivo que no consigue.
Cuando uno se decide a pedir ayuda a un profesional, psicoterapeuta, significa que ya ha intentado por si mismo buscar la resolución del problema por todos los medios. El último intento será acudir a terapias. Pero no olvidemos aquellas palabras de George Santayana: “aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirla”.
A la terapia se acude con un olvido del pasado traumático o conflictivo y encima con unos mecanismos fuertemente evitativos del dolor primigenio. Por este motivo el paciente acude a terapia con un fuerte deseo de participar con el terapeuta para solucionar su sufrimiento y vida, pero por otra parte con un troquel conductual muy distante de la apertura total de su mundo interior. Fuerzas existentes: un deseo de recuperación, unos recuerdos reprimidos, y unos mecanismos que cierran el paso a la concienciación de su núcleo problemático, y una fuerza que está en contra del éxito del proceso terapéutico.
Los mecanismos neuróticos, por lo tanto, si vencen a la fuerza terapéutica, actuaran en terapia de la misma manera que en el mundo circundante, evitar el conflicto (dolor, sufrimiento, miedo) que ha nacido con el terapeuta, y en segundo lugar mantener fuera de conciencia el núcleo que ocasiona el conflicto.
La psicoterapia dinámica breve consistirá en conseguir que estos mecanismos obstructores no actúen y alcanzar la vivencia, por dolorosa y penosa que sea, en relación al conflicto generado con el terapeuta o con el conflicto o trauma primigenio.
antpique@gmail.com
Antonio Piqué Gelonch